La Relación entre Comunicación y Poder en la Sociedad en Red

 Vivimos en una era donde los flujos de información moldean realidades. La sociedad en red, concepto desarrollado por el sociólogo Manuel Castells, ha transformado radicalmente las formas de comunicación, producción y poder. En este nuevo escenario, la relación entre comunicación y poder no solo se intensifica, sino que adquiere matices más complejos, descentralizados y al mismo tiempo contradictorios.


De los medios masivos al empoderamiento digital


Durante gran parte del siglo XX, los medios tradicionales —radio, televisión y prensa— concentraban el poder comunicativo. Las narrativas sociales eran unidireccionales y estaban dominadas por elites políticas, económicas y mediáticas. Sin embargo, la irrupción de Internet y, sobre todo, de las redes sociales, alteró esta lógica. Ahora, cualquier individuo con acceso a la red puede convertirse en emisor, receptor y difusor de contenido.


Este cambio técnico es, en el fondo, una transformación política. La red ha democratizado la expresión, pero no necesariamente el poder. Aunque hoy existen múltiples voces en el espacio digital, no todas tienen la misma visibilidad, ni las mismas herramientas para influir. Los algoritmos, el big data y la manipulación informativa han revelado que la libertad comunicativa no está exenta de nuevos mecanismos de control.



El poder de narrar: quién cuenta la historia, domina el relato



La lucha por el poder ya no se limita al control de los recursos materiales, sino al dominio del discurso. En la sociedad en red, el poder se ejerce —y se disputa— en el terreno simbólico: hashtags que viralizan causas, campañas digitales que definen elecciones, fake news que distorsionan realidades.


Esto nos obliga a preguntarnos: ¿quién tiene el poder de narrar? ¿Qué voces son amplificadas y cuáles silenciadas? La respuesta no es simple. Plataformas como Twitter, YouTube o TikTok han abierto ventanas a la diversidad, pero también han consolidado nuevas jerarquías digitales, muchas veces determinadas por intereses comerciales o políticos.



La ciudadanía conectada: oportunidades y riesgos



Una sociedad en red empodera a la ciudadanía, pero también la expone. Las redes sociales han sido cruciales para movimientos sociales como el #MeToo, el Black Lives Matter o las protestas latinoamericanas, permitiendo articulaciones globales e inmediatas. Sin embargo, también han servido como terreno fértil para la polarización, la vigilancia digital y la desinformación organizada.


La comunicación, entonces, es un arma de doble filo: puede ser herramienta de emancipación o de dominación. Todo depende del uso que hagamos de ella, de nuestra alfabetización mediática y del control que exijamos a las plataformas que intermedian nuestras conversaciones públicas.


Repensar el poder en la era digital

La relación entre comunicación y poder en la sociedad en red es dinámica y en constante disputa. Ya no basta con tener la razón, hay que saber comunicarla. Ya no es suficiente con tener acceso a la información, es necesario saber interpretarla, contrastarla y usarla críticamente.

En este nuevo paradigma, el desafío principal es construir una ciudadanía activa, informada y consciente de su papel en la conversación pública. Porque en la sociedad en red, cada publicación es una toma de posición, cada “me gusta” una forma de adhesión, y cada silencio… también comunica.


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